Ayer se despidió de nosotros una de las revelaciones de lo que llevamos de año, Bates Motel, aunque con un final de temporada que no ha estado a la altura de las altísimas expectativas que había despertado tras su magnífica primera temporada.
Cuidado, porque no estoy diciendo que el capítulo fuera malo, ni mucho menos, pero acostumbrados a un ritmo y un nivel tan alto durante los 9 capítulos anteriores, pensaba que el capítulo final iba a ser apoteósico. Otra prueba más de que no hay que tener grandes expectativas con las series porque sueles salir decepcionado.
Comenzamos con la trama principal que es la que nos interesa a todos: Norma acude al sheriff Romero (otra vez) a por su ayuda, le cuenta que Abernathy quiere 150.000$ y que no sabe qué hacer, a lo que el sheriff le responde: “deja que yo me encargue”. A Norma no le convence para nada esa respuesta y le pide a su hijo Dylan que le consiga una pistola y le enseñe a usarla. Así nos encontramos con uno de los momentos más tiernos del capítulo, ya que en una de sus explicaciones, a Dylan se le escapa un “mamá” involuntario, algo que no habíamos visto hasta ahora. Por la noche, Norma se despide de su hijo Norman y le cuenta cosas de su infancia que no sabíamos, y que ni siquiera ha sido capaz de contarle al psiquiatra al que está acudiendo. Resulta que su hermano abusó de ella sexualmente y no pudo decir nunca nada por miedo a las represalias de su padre. Así se hizo un día una cicatriz en la pierna al caérsele una plancha encendida cuando quiso levantarse rápido, después de que su padre llegara antes a casa. Como vemos, los genes defectuosos de los Bates ya vienen de largo.
Después de una conversación con Maggie, hermana de Keith Summers y su contable en el negocio de tráfico de mujeres, Norma se dirige al puerto con su pistola para cargarse a Abernathy, pero Romero aparece y ella se esconde. Abernathy y Romero mantienen una conversación en la que el sheriff le ofrece ser socios de nuevo en el negocio, y tanto Norma como el espectador llegamos a creernos lo que dice, hasta que el sheriff saca su pistola y mata a Abernathy. Seguramente uno de los puntos más flojos del capítulo, porque Abernathy podría haber puesto las cosas mucho más difíciles teniendo en cuenta sus anteriores actuaciones, y parece que su muerte ha sido un poco precipitada y facilona.
Mientras Norma lidia con todo esto, su hijo Norman comienza a tener claros síntomas de locura. Primero cuando Bradley llega a casa en busca de su hermano para que le de las cosas del despacho de su padre. A Norman no le sienta nada bien esta nueva “relación” entre ellos dos, y aunque él dice que ya la ha olvidado es evidente que no cuando le vemos detrás de la puerta con esa cara de psicópata perdido. Norman ha invitado a Emma al baile de la escuela y allí se encuentra de nuevo con Bradley, a quien no quita ojo de encima. Emma se enfada y se va del baile (reacción más que lógica), y el novio de Bradley se lleva a Norman fuera del recinto y le pega un puñetazo advirtiéndole que deje de molestar. Norman está sólo y con la nariz sangrando, así que decide volverse a casa caminando bajo la lluvia. Su profesora, a la que había oído discutir antes por su móvil (supongo que con su marido, pareja o similares), se ofrece a llevarle a casa y curarle la herida. Ya allí, le cura y después va a cambiarse para poder llevarle a su casa. En ese momento Norman tiene otra visión en la que su madre se mete en su cabeza y le hace pensar que su profesora quiere tema. Acto seguido, Norman está corriendo y llega a su casa, donde se encuentra con su madre. Parece que todo va bien, pero no es así, porque Norman no recuerda de dónde viene o qué ha pasado (referente a su golpe en la cara) y como conocemos sus antecedentes, comenzamos a sospechar lo peor. En el último plano del capítulo vemos que la profesora Watson yace en el suelo, desangrada, semidesnuda y con un corte en el cuello. Había muchos candidatos a ser la primera víctima de Norman, pero hubiera votado por cualquiera de los otros antes que por la profesora.
Así nos deja Bates Motel hasta (posiblemente) enero de 2014, preguntándonos qué pasará con Norman, si descubrirá alguien lo que ha pasado en esa casa mientras él estaba allí o cómo afectará eso a su vida “normal”. Una serie que ha sido una grata sorpresa en lo que llevamos de año, que, personalmente, me enganchó des del primer momento y que ha mantenido un nivel altísimo durante sus 10 emisiones, aunque como he dicho al principio, quizás esperaba más de este final. De esta primera temporada hay que destacar, sobre todo, el gran trabajo de los dos actores principales, Vera Farmiga y Freddie Highmore, que han estado a la altura y han bordado sus papeles, papeles nada fáciles por otra parte.
Esperaré con muchas ganas a que empiece su segunda temporada y espero que mantenga el nivel de calidad que nos ha mostrado hasta ahora.
Opinión de @Eric_MeGon
Esperaré con muchas ganas a que empiece su segunda temporada y espero que mantenga el nivel de calidad que nos ha mostrado hasta ahora.
Opinión de @Eric_MeGon