Ayer vi esta excelente ópera prima de Lumet que llevó la obra teatral a los estudios de filmación dejándonos boquiabiertos, porque toda persona que haya visto esta magnífica película no queda indiferente, es imposible.
Tras escuchar todos los testimonios y valorar las pruebas presentadas, un jurado popular compuesto por doce hombres tiene que decidir, por unanimidad, si absuelve o condena a muerte a un joven acusado de haber matado a su padre. Al principio, once están completamente convencidos de su culpabilidad y se inclinan por la condena, pero el que discrepa empieza a plantear dudas razonables... Quizás el abogado del chico fuera un inútil...
Tras escuchar todos los testimonios y valorar las pruebas presentadas, un jurado popular compuesto por doce hombres tiene que decidir, por unanimidad, si absuelve o condena a muerte a un joven acusado de haber matado a su padre. Al principio, once están completamente convencidos de su culpabilidad y se inclinan por la condena, pero el que discrepa empieza a plantear dudas razonables... Quizás el abogado del chico fuera un inútil...
Para los que no conocían este clásico ahora ya saben de qué va, ahora les comento poco a poco lo que me pareció y el modo en que Lumet consiguió sacarle partido a esta historia tan fascinante.
Preparó la película detalle por detalle, cuidando cada ingrediente que fuera necesario para que tuviera éxito. Para eso, lo primero que fijó fue el ambiente, un lugar claustrofóbico. Toda la película transcurre en la sala de deliberación (exceptuando el prólogo y el epílogo), para darle mas valor añadido a la película, es el día más caluroso del año, todos están sofocados y no aguantan en la sala. Poco a poco, a medida que el personaje de Henry Fonda, un arquitecto compasivo, reflexivo, recto, va planteando dudas, dudas de lo más razonables, los 11 que estaban a favor de la condena se van cambiando de lado y a la vez se conocen las personalidades de cada uno de los componentes del jurado que, sin saber apartar los asuntos personales( y prejuicios) de lo que es la sentencia, lo que en un principio era una condena a muerte segura, esa idea se va desvaneciendo ya que empiezan a abrir sus mentes ante las evidentes dudas expuestas y que no fueron tocadas por el abogado del pobre chico.
El elenco es de lo mejorcito, un Henry Fonda más que destacable, con un Lee J. Cobb que no quiere entrar en razón, es uno de los personajes más curiosos de la película. Un Jack Warden que elige la solución más rápida por un partido de béisbol acompañado a lo largo de la película de comentarios graciosos que en especial a Fonda, ni pizca de gracia le hicieron. Un E.G.Marshall impenetrable, uno de los últimos en caer, pero que con el toque final, con la culminación del detalle de las gafas, buenísimo. También está Robert Webber, un personaje bastante raro que se dedica a hacer publicidad, fuera y dentro de la sala...
En definitiva es una película que se puede ver una y otra vez y notar como cada visionado mejora cada vez más. Una película para recordar que te queda marcada en la cabeza y que quizás sea una de las primeras que a partir de ahora recomendaré a la gente.
A veces, un jurado popular, puede llegar a ser un peligro para la sociedad, sin un Henry Fonda en cada juicio, esto sería un desastre, a ver si encontramos en España alguno para los casos más injustos de la actualidad...
Artículo publicado por Rois_4
Preparó la película detalle por detalle, cuidando cada ingrediente que fuera necesario para que tuviera éxito. Para eso, lo primero que fijó fue el ambiente, un lugar claustrofóbico. Toda la película transcurre en la sala de deliberación (exceptuando el prólogo y el epílogo), para darle mas valor añadido a la película, es el día más caluroso del año, todos están sofocados y no aguantan en la sala. Poco a poco, a medida que el personaje de Henry Fonda, un arquitecto compasivo, reflexivo, recto, va planteando dudas, dudas de lo más razonables, los 11 que estaban a favor de la condena se van cambiando de lado y a la vez se conocen las personalidades de cada uno de los componentes del jurado que, sin saber apartar los asuntos personales( y prejuicios) de lo que es la sentencia, lo que en un principio era una condena a muerte segura, esa idea se va desvaneciendo ya que empiezan a abrir sus mentes ante las evidentes dudas expuestas y que no fueron tocadas por el abogado del pobre chico.
El elenco es de lo mejorcito, un Henry Fonda más que destacable, con un Lee J. Cobb que no quiere entrar en razón, es uno de los personajes más curiosos de la película. Un Jack Warden que elige la solución más rápida por un partido de béisbol acompañado a lo largo de la película de comentarios graciosos que en especial a Fonda, ni pizca de gracia le hicieron. Un E.G.Marshall impenetrable, uno de los últimos en caer, pero que con el toque final, con la culminación del detalle de las gafas, buenísimo. También está Robert Webber, un personaje bastante raro que se dedica a hacer publicidad, fuera y dentro de la sala...
En definitiva es una película que se puede ver una y otra vez y notar como cada visionado mejora cada vez más. Una película para recordar que te queda marcada en la cabeza y que quizás sea una de las primeras que a partir de ahora recomendaré a la gente.
A veces, un jurado popular, puede llegar a ser un peligro para la sociedad, sin un Henry Fonda en cada juicio, esto sería un desastre, a ver si encontramos en España alguno para los casos más injustos de la actualidad...
Artículo publicado por Rois_4