Otro capítulo correcto pero que no va más allá de tener a Miles y compañía jugando una partida al Cluedo para descubrir quién ha hecho qué y por qué. Lo mejor, como (casi) siempre, ver que Rachel los tiene bien puestos cuando le toca actuar.
El capítulo comienza mostrándonos las tres semanas siguientes a la desaparición de Nora, mientras ella está siendo torturada una y otra vez hasta que Monroe consigue que les diga todo lo que sabe: que Miles está en Atlanta, que Neville es un traidor y que Rachel se dirige a la Torre. Monroe pregunta a Randall qué hay en la Torre y porqué debería salvarle la vida si él no se lo había contado antes, pero Randall asegura que devolver la energía es lo menos que pueden hacer en la Torre. Vamos, que hay un arsenal de armas que nunca vieron la luz allí encerradas. Monroe organiza un viaje hacia la Torre y obliga a Randall a abrirle la puerta, pero algo sale mal y no puede hacerlo. Es entonces cuando, a través de las cámaras de seguridad, vemos que el control de la Torre ha pasado a manos de ciertos personajes que les observan desde el interior. ¿Serán superhombres? ¿Robots? ¿Alienígenas? Quien sabe, después de la cápsula regeneradora uno ya se espera cualquier cosa. Eso sí, ¿qué habrán hecho con Grace? Pronto tendremos noticias seguramente.
Sanborn, miembro del equipo de Randall que ha estado inyectando psicóticos a Nora (es aquél al que Rachel y Miles fueron a buscar cuando querían armas), se arrepiente, entrega a Nora a los rebeldes y les cuenta todo, así que también organizan un viaje en helicóptero hacia la Torre. Deduciremos que el colgante lo ha traído Sanborn, sin saber cómo ha escapado de Philadelphia (todos dudan, yo también) y con el colgante encima. Por el camino se quedan sin combustible, y cuando paran a repostar, el piloto y otro de los hombres de Miles aparecen muertos. Primero sospechan de tribus locales (están en Plains Nations), pero rápidamente ven que ha sido uno de ellos. A partir de ahí comienzan a jugar al Cluedo, intentando despistar al espectador aunque raramente lo consigan. Que si Nora, que si Sanborn, que si Jason… Al final ha resultado ser Hudson, mano derecha de Miles en su nuevo ejército y al que separó de su esposa unos capítulos atrás. La milicia tiene a su esposa y él se ha visto obligado a matarles, aunque Jason consigue salvar a Miles en el último momento. Es una pena, porque el pobre Jason no para de recibir golpes por todas partes. Ahora que parecía que su padre no le odia tanto, Charlie ha desconfiado de él al creer que él ha sido el asesino, ya que le vio hablar con un chico desconocido en Atlanta y porque además apareció una navaja en su bolsillo. No estoy tan seguro de que Jason sea tan bueno como nos quieren hacer ver, pero el tiempo dirá.
Mientras todo esto pasa en el aeródromo abandonado, Rachel llega a la Torre y ve a su amigo Monroe allí, así que por la noche entra en el campamento con un traje de miliciana, y con granada en mano se planta en la tienda de Monroe. El capítulo acaba con Rachel activando la granada, así que nos deja con las ganas de saber qué pasará. Espero que no se atrevan a cargarse a Rachel porque la serie perderá muchos puntos (lo sé, la defiendo demasiado, pero es que no hay mucho más que defender en esta serie).
Si no me equivoco le quedan dos capítulos a la temporada. Dos capítulos en los que podrían ocurrir muchas cosas, podrían morir personajes o podrían surgir nuevos problemas. De momento queda por ver qué pasará con la granada que ha activado Rachel y con Monroe, quiénes (o qué) son los que están dentro de la Torre, y si Miles conseguirá llegar a tiempo para rescatar a Rachel. Bueno, esto último no es ningún misterio, lo hará.
Opinión de @Eric_MeGon
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