La película hace gala de la hipocresía y el cinismo, con unos personajes enmascarados que son única y exclusivamente un retrato de nosotros mismos. Estamos sujetos a unos códigos morales, los cuales son tirados por la ventana del piso en estos 80 minutos, lo mejor es que se deshacen de ellos a los 10 minutos y empieza la fiesta, todo ello con educación como no, pero existe un límite que el alcohol se encarga de romper y culminar esta obra.
Polanski ha usado todo su talento para adaptar la obra de Yasmina y convertirla en una gran película con un timing calificado de endiablado unido a un humor de lo más peculiar. Tira de tópicos de la vida real, situaciones actuales entre parejas, diferentes opiniones que separan a unos y unen a otros, con una dirección meticulosamente cuidada que cuenta con un reparto sobresaliente con diálogos ágiles, verosímiles y graciosos que, para mí, el que se lleva la palma es Waltz con frases cortantes sin dejar el móvil de lado, ¡maldita sea! Es una película brillante, tienen que verla y opinar, no me gusta generalizar pero creo que les gustará.
Artículo publicado por Rois_4