Stephen Daldry con Tan fuerte, tan cerca nos presenta un melodrama sobre un niño con síndrome de asperger que pierde a su padre en los atentados del 11 de septiembre. Sí, otra película más sobre el 11-S, tratando en este caso el fatídico día como una apoteosis de sentimentalismo.
Oskar Schell, el niño protagonista, encuentra un misterioso sobre con una llave y se lanza a la búsqueda de la cerradura en la que encaje esa llave. En esa búsqueda Daldry pierde el rumbo totalmente llenando la historia de falsedad y cursilería. Es una película que busca acceder al espectador por todos los sentidos que tiene a su alcance, resultando descompensada y manipuladora. A lo largo del filme, la cinta se apoya en la banda sonora como acompañamiento al estado de ánimo del niño protagonista. Pese a la reiteración y variación del tema predominante la música evita resultar cansina o gratuita, ya que la historia lo consigue con creces.
Así pues, amigos y lectores míos, preparad los pañuelos y llorad malditos ¡Llorad!
Artículo publicado por Orang_Clockwork