César(Luis Tosar) es el portero de un edificio de apartamentos y no cambiaría este trabajo por ningún otro, ya que le permite conocer a fondo los movimientos, los hábitos más íntimos, los puntos débiles y los secretos de todos los inquilinos. Si quisiera podría incluso controlar sus vidas, influir en ellas como si fuera Dios, abrir sus heridas y hurgar en ellas. Y todo sin levantar ninguna sospecha. Porque César guarda un secreto muy peculiar: le gusta hacer daño, mover las piezas necesarias para producir dolor a su alrededor. Y la nueva vecina(Marta Etura) del 5ºB no deja de sonreír. Entra y sale cada día radiante y feliz, llena de luz. Así que pronto se convertirá en el nuevo objetivo del juego de César. Se trata de un reto personal, de una obsesión.
En esta película nos encontramos a un villano de verdad, digno de alagar por su exactitud y paciencia con la que trama las cosas, además de su forma de hacer daño a la gente. Cada acto está pensado para herir a la gente de manera infame, vil y perversa. Me gusta el detalle de que la mayoría de la película quitando algunas escenas en un hospital, no diré porqué, transcurre en el edificio en el cual él trabaja, algo que sin duda me atrae, espacios cerrados. La música es adecuada a la cada situación y no puedo olvidar los monólogos que tiene César con la madre, sublimes.
Creo que queda más que recomendada, ¿no?.
Crítica escrita por Rois_4