Esta es la historia del general Aladeen (Sacha Baron Cohen), un dictador que arriesga su vida para asegurarse que la democracia nunca llegue al país que él tanto ha oprimido, con resultados inesperados.
El general Aladeen es el dictador de la República de Wadiya y gobierna como quiere su país hasta que la ONU le amenaza con invadirlo por la proliferación de armas nucleares en el mismo. Se ve obligado a ir a Nueva York para participar en la sede de la ONU, vanagloriándose de todo su dinero y su poder. En ese momento empezarán a suceder muchas situaciones inesperadas que le llevarán a ver el mundo de otra manera.
Y se pueden sorprender gratamente o salir horrorizados del cine. Porque en esta película se mete con todo el mundo, desde la religión, pasando por la política, hasta llegar al estilo de vida de cada país. No deja títere sin cabeza y en algunas ocasiones llega hasta a ofender. Por eso pensé que antes de la película y antes de su dedicación de la misma al recientemente fallecido líder norcoreano, debería salir un cartelito al estilo de la película 'El sargento de hierro' de Clint Eastwood, donde se advertía que la película contenía multitud de ofensas que podrían herir la sensibilidad del espectador.
Salvando estas circunstancias, 'El dictador' es una comedia de humor negro que tiene que verse sin ninguna preferencia por nada ni por nadie porque corres el riesgo de ver cómo se meten con eso mismo y encima de que te ríes luego te sientes mal por haberte reído.
Seguro que no vas a poder parar de reír porque la cantidad de paridas que se pueden ver en la película superan con mucho a la mayoría de las películas que puedas haber visto anteriormente
Tampoco es que la historia de la película te vaya a impresionar porque realmente es una historia muy normalita pero seguro que vas a pasar un buen rato riéndote, aunque yo finalmente salí con la sensación de que no era una gran película y que se puede catalogar como del montón.
Por último cabe destacar la presencia de Anna Faris (como la chica que es todo lo contrario al dictador) y de Ben Kingsley (como su tío, al que el anterior rey le quitó el trono para dárselo a Aladeen).
Una anécdota graciosa es que vi esta película en los cines Kinépolis y cada vez que hablaban sobre Wadiya parecía que decían Boadilla y a uno le da por pensar que la mente se aburre mucho para pensar en esas tonterías.
Artículo publicado por elmaestroole