Tarde o temprano tenía que pasar y Oliver ha empezado a dudar de su madre, a pesar de que se ha mostrado muy reticente a escuchar a Digg. Entre que decidía si creía o no creía las palabras de Digg, se ha topado con un contratiempo inesperado cuando Laurel le ha pedido ayuda para un caso y ella ha salido malparada.
Tras la detención de Thea en el episodio anterior, Oliver tiene entre ceja y ceja conseguir dar con el vendedor oficial de la droga, ya que cree que posiblemente Thea acabe en prisión y esa es la únicamente de rebajar parte de su culpa.
Thea asume protagonismo en este episodio y por lo que parece lo seguirá teniendo de aquí en adelante, a tenor de las consecuencias de sus actos al final del capítulo. Mientras, Oliver sigue a lo suyo cazando a los malos malísimos de la ciudad aunque eso le conlleve enfrentarse con las personas que más aprecia.
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